domingo, 19 de abril de 2009

Primer Chakra: Templo de Abu Simbel




Interior del Templo de Abu Simbel





PRIMER CHAKRA: Templo de Abu Simbel (conjunto de dos templos que constituyen un sistema dual armónico, presididos por el dios solar Harmakis, también llamado Ra. El templo grande, de Ramsés II, dedicado a la energía masculina y el templo pequeño, de Nefertari, dedicado a la energía femenina).
Comenzaremos desde Asuán, en las proximidades de

la gran presa, para dirigimos al 1° de los Chakras, en el fondo del lago Nasser, a 320 Km. de distancia de Asuán, donde está situado el templo de Abu Simbel. Desde la presa de Asuán y a lo largo de unos 500 Km. se extiende un lago que penetra profundamente en el Sudan. En ese lugar, en medio de un desierto absolutamente calcinado por el sol, con temperaturas que superan frecuentemente los 50° C, hay dos templos que realmente constituyen un sistema dual armónico, presididos por el dios solar Harmakis, también llamado Ra en el horizonte y llamado asimismo Horus (es decir, el Sol).
En 1963 la UNESCO promovió una empresa internacional para evitar que estos templos de características únicas quedaran sumergidos por las aguas del lago originado por la nueva presa de Asuán. El proyecto consistía en cortar el templo, esculpido en la roca, en 1036 bloques de 30 toneladas cada uno, trasladándolos 64 metros más arriba y 200 metros más atrás, volviéndolo a situar exactamente con la misma orientación, construyendo a continuaci6n sobre él la columna que lo alberga, sustentada por medio de una gigantesca cúpula. El secreto esta aquí y se corresponde con el sistema dual de los templos.
Este es el 1° Chakra, rector de la sexualidad y por supuesto su equivalente opuesto: la creatividad. El factor masculino, el proyectivo, corresponde al templo grande, el de Ramsés II; el femenino, el receptivo, con su plenitud de ternura y calidez, corresponde al templo pequeño, el de Nefertari, la esposa favorita, según dicen, de Ramsés. El visitante mínimamente sensibilizado, siente algo parecido a una calida bienvenida al transitar par la sala principal del templo y al llegar a la pequeña sala del fondo, verdadero santuario de cada templo, la sala intima, el sancta-santorum, que conserva, en este caso, una deteriorada figura de la diosa Hator y entonces este visitante acaso perciba una intima sensación de bienestar. La diosa Hator es la diosa del Amor, de la Música, de la Danza.
Desde este templo habrá de dirigirse al templo mayor, cuya entrada está coronada por serpientes, símbolo de energía y fuerza creadora, de cinocéfalos, monos que representan al dios Thot, el Hermes de los griegos, simbolizando el tiempo. El fuego solar está representado por el dios Harmakis o Ra, en el centro exacto de la fachada y los elementos mas representativos de esta fachada son cuatro fantásticos Colosos del faraón Ramsés II, que simbolizan la manifestación perfecta del poder sobre el mundo material. La sala principal está flanqueada por ocho columnas osiriacas, ocho estatuas de Osiris, que es dios de regeneración, de la vida más allá de la muerte; y el numero ocho precisamente simboliza el renacimiento. Al fondo, la sala del santuario contiene cuatro estatuas muy deterioradas, pero que, sin embargo, algunas personas cuentan haberlas sentido vibrantes, vivas; algunos incluso afirman que al apoyar sus manos sobre las rodillas de las estatuas han sentido carne palpitante y viva y que sus dedos se hundían en esa carne.
Son: el dios Harmakis, Ra, que representa el sol, es decir el elemento fuego; a su lado, el faraón Ramsés divinizado y el elemento que representa, por supuesto, es la tierra, ya que el rey rige el mundo denso; el dios Aha-Amen-Ptah, o en su degeneraci6n fonética, el Amenti, el país de los durmientes, de los antepasados, el dios más antiguo; este dios rige las aguas y según algunos investigadores, como Albert Eslofman, era el dios de la antigua Atlántida. Aquí, la vida, el sol y la muerte, Osiris, se reúnen en el amor que realmente es la fuerza que une y la oscuridad del santuario se transforma en luz dos veces al año, cuando ocurre el llamado milagro del sol, el 21 de marzo y el 21 de Septiembre, a las 5:58 horas. En ese momento un rayo de sol del amanecer penetra hasta el fondo del santuario, tocando el hombro izquierdo de Amón, a continuación se desplaza hasta Ramsés y por último llega a Harmakis, donde permanece unos 20 minutos, pero jamás toca a Ptah, dios de la oscuridad, porque es el dios del país de los antepasados, el país de los muertos, de la engullida Atlántida.
La fuerza que desarrolla este Chakra que, como ya sabemos rige la sexualidad, es la fuerza creadora que al ascender como una serpiente de fuego a lo largo de la columna en un prolongado proceso, puede facultar la iluminación y los más altos estados de conciencia.

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